Muy buenos días queridos amigos.
 
 De repente escucho varias exclamaciones:
 “Ya no puedo seguir adelante”
 “Es de locos, no la voy a armar”
 “Si pudiera seguir un poquito más”
 “Esto no es para mí”
 “Yo no nací para esto”
 “Es injusto porque los que pueden más, me atropellan”
 “Debería ser un terreno parejo”
 “Tú si puedes porque empezaste antes”
 “Si yo fuera como tú, si podría”
 “Si no lo logro, estoy acabado”
 “Me duele en el alma, pero voy a tener que dejarlo”
 “Los escucho lloriquear ante la primera dificultad y amenazan con renunciar”
 “En la primer caída, no se quieren levantar y culpan al que lo pasó”

  Empiezo a voltear para todos lados y me pregunto a mi mismo: 

¿acaso estoy escuchando distribuidores de algún multinivel?
 ¿No son estos los que hablaban de grandes logros y de sacar a sus familias de la pobreza?
 ¿No son estos los que prometían no parar hasta salir adelante?
 Los he visto y escuchado miles de veces pedir una oportunidad más...
 “Ahora si la voy a armar, pase lo que pase no me voy a rajar”

  Y de pronto caigo en cuenta de que venía corriendo en el circuito de entrenamiento para corredores en la universidad hoy por la mañana, (jajajaja) dicen lo mismo que los derrotados mediocres que justifican sus fracasos en el negocio con el clásico: “rengueo del perdedor”.

  Solo un pequeño porcentaje de la población se atreve a hacer lo que millones no hacen, pero por eso mismo, solo ese pequeño porcentaje de la población tiene lo que los otros millones sueñan.
  Esto es como cualquier promesa, propósito ó empresa que alguien pretende iniciar, siempre van a existir obstáculos en el camino, pero cuando los vences y volteas hacia atrás siempre te das cuenta que no eran tan grandes como creías.


 Los obstáculos son esos escalones que te pone el destino para llegar a la cima, no son esas bardas que te aprisionan o limitan tu movimiento... A no ser que así lo hayas decretado.