Muy buenos días queridos amigos.

Uffff llegamos a Noviembre y los e dejado descansar un poco de mis escritos, cambiando por videos cortos la veces (perdón) medió largos, pero creo que todo para bien.

Hoy deseo poner sobre al mesa un tema que siempre está flotando en el ambiente.

?Es mejor crecer lento, que rápido?

Lo primero que viene a la mente de todos es “depende de la urgencia”.

Pero es muy claro que siempre que viene esa interrogante, la respuesta sería

¡Pero quien no va a querer crecer rápido!

El que no tiene, desearía por supuesto ser millonario el día de mañana.

Por eso la gente compra boletos de la lotería, por la ilusión de la riqueza instantánea y sin tener que trabajar.

O la fantasía de que tienes un tío rico, que nunca conociste pero de pronto llega un abogado a tu puerta para decirte que tienes 24 hs para viajar a otra ciudad a recibir físicamente una herencia fantástica de vida sofisticada.

¡Pero eso solo existe en las películas malas de Hollywood!

La realidad es que tienes que trabajar y punto.

Pero podrías trabajar para vivir o trabajar para tener una vida.

Y aquí es donde entra nuestro tema en firme.

Hay muchas maneras de generar riqueza, y no somos la única alternativa por cierto, hay muchas maneras de hacerlo y muy variadas.

Nosotros escogimos el multinivel.

Y dentro del mismo existen muchas ideas o tendencias varias, que van formando o deformando gente.

Hay quienes piensan en meterse en todos los multiniveles que van saliendo, apostando a que les aparezca un “garbanzo de a libra” (que por cierto no existen). Y se al pasan como chapulines de un lado a otro sin hacer raíces ni compromiso.

A algunos les va bien, otros a medias y muchos terminan por decir “el multinivel no es para mi”.

Hay otro tipo de personas que desean hacerse ricos sin trabajar, entran al negocio y no hacen nada lógico ni ordenado, pensando en que el lado mágico del negocio es precisamente eso que no es.

Igual que los anteriores, hay muchos de ellos que terminan decepcionados, argumentando que es un fraude o que de plano les toco mala suerte.

Y vienen los otros, que son los que andan buscándola estrategia mágica que de al noche a la mañana les de esa libertad prometida y buscan continuamente el “santo grial” de las estrategias, que por fin los haga llegar al paraíso.

Si es cierto que han existido crecimientos impresionantes en poco tiempo, pero con lo que no cuentan es que muchos de ellos ya venían como la siembra del bambú, gestándose en el interior y solo afloraron en el momento oportuno.

Tu siembras el bambú y por más que lo riegue no ves nada en la superficie y pasa mucho tiempo sin salir hasta que por fin, despunta y a partir de allí se convierte en un hermoso ejemplar digno de admirar.

Yo tengo sembrado mucho bambú en casa y todos los días salgo a verlo para admirar y reforzar mi firme convicción de paciencia y logro.

Crecer rápido y sin fundamentos es una sentencia de descalabro y frustración.

Nada más doloroso que ver a alguien que no tenía nada y de pronto lo tiene todo, para después volver a no tener nada, ufffff.

El ideal de nuestro negocio es un crecimiento sustentable, con riqueza generacional heredable.

No importa que sea lento pero que sea sostenido.

Pero si no tienes convicción difícilmente tendrás paciencia, si no compartes al misión, es imposible que le metas corazón.

Busca algo que te apasione, algo que haga vibrar tu corazón y saltar de gusto sólo de pensar que lo vas a hacer.

Eso es vivir.