Muy buenos días queridos amigos.Hoy voy a tocar un tema que es asunto recurrente en nuestro negocio y comportamiento como equipo y empezare por narrarles lo que ha sucedido varias veces en el tiempo.En sus inicios nuestra empresa pasamos por muchos cambios, pero uno muy interesante fue cuando entro en la ecuación nuestro querido y respetado Larry Thompson.Carismático, inteligente, trabajador, visionario, innovador y un líder impresionante, nadie lo podría dudar. A el le debemos el concepto de Constructores de Riqueza, que luego a su salida de Herbalife paso a ser Constructores de éxito, solo para citar un ejemplo .Pero para los asuntos de este articulo, me limitare a platicar de su salida de la empresa sin mayor explicación, pero muchos hablaron sin que me conste de que no podía aceptar ser el numero dos de la compañía, porque Mark siempre seria el numero uno indiscutible.¿Cierto o no?Honestamente lo creo, pero no lo puedo asegurar.Con el pasar del tiempo vimos como otros “lideres” de nuestro Pais pasaron por exactamente lo mismo y no pudiendo ser “cabeza de león” prefirieron salir de la empresa y formar sus intentos de competencia para ser “cabeza de ratón”.La salida de Vergara (QEPD), dicho con todo respeto, para comprar una empresa pequeña en quiebra y con sus talentos indiscutibles, convertirla en su empresa que lo acompaño hasta sus últimos días, es otro ejemplo clásico.Nadie dudaría de la capacidad del hombre y sus talentos, pero en nuestra empresa nunca seria el numero uno, porque ese lugar era de Mark.Así como lo sucedido con el, paso también con otros “lideres” mexicanos por cierto, que ni siquiera nombrare, pero que siendo grandes “amigos” de pronto hicieron lo mismo con “su producto” y traicionaron a Mark, por cierto, sin éxito.La frase “prefiero ser cabeza de ratón, que cola de león” dice mucho del EGO y pretensiones de los diferentes lideres.A veces todos formamos parte de un proyecto grande, con enorme potencial de crecimiento a futuro, y cuando lo vemos, tomamos la decisión de salir para formar otro parecido pero mas pequeño, donde somos los reyes.No tiene nada de malo, por cierto.Las pretensiones de todos merecen siempre nuestro respeto.Veámoslo a la luz de la idiosincracia mexicana.Pudiendo tener un gran equipo de algún deporte nacional, los jugadores que no pueden ser la máxima estrella, en vez de trabajar para el conjunto, prefieren emigrar a otros países o equipos.Trabajar en equipo para la grandeza de todos, requiere poner quieto nuestro ego, para pensar mas en el conjunto.Trasladando eso a nuestros sistemas de trabajo, cuantas veces hemos sido testigos de la “adolescencia” de algún elemento del sistema (abusando del termino) que dice “me salgo para hacer el mío”, pensando en hacer las cosas a su modo, o ser el que dirige todo, el foco de atención, para con ello solo disminuir la fuerza del grupo grande, bajo mil argumentos, pero en el fondo es lo mismo.Las organizaciones de todo tipo, siempre tienen pensadores “que piensan diferente” y eso las hace grandes y fuertes, porque discuten las ideas no las personas, y siempre se tomas las desiciones pensando en el bien común y no siempre quedan las opiniones de uno, porque la pluralidad así es.Escuchamos a los mas expertos, sin menospreciar a los mas jóvenes.Ponemos todo sobre la mesa y elegimos las mejores ideas.Que no siempre son las nuestras.Reflejo de la madurez.Reflexión y no imposición; análisis y no capricho.Pero claro, que si te invitan a una fiesta no impones tu decoración.Si te invitan a una cena, no impones el menú.Pero claro, que puedes decir no voy a acudir y definir tus gustos.Tienes ese derecho, pero ni lo definen, ni se deciden, solo juegan doble.Pero cuando hablamos de equipos de trabajo no es lo mismo.No es tu piñata.