Muy buenos días queridos amigos.

Hoy por la mañana salí para hacer mi rutina del día de ejercicios encaminado a mi primera carrera de ultra trail de 50 km que haré en septiembre y lo hice en un parque que está a un kilómetro de la casa que tenemos rentada en SMA, de donde insisto que nadie puede no tener una sonrisa en la cara.

Todo mundo sale a pasear sus perrros por la mañana, y algunos entrenadores dando instrucciones a las atribuladas damas, sobre el manejo de los canes.

Y recordé que nuestro veterinario de confianza en MEXICALI está atendiendo a nuestra dogo de Boudreaux que tiene el corazón crecido (por amorosa) y el reía que descartar una enfermedad que se llama “gusano del corazón” enfermedad causada por parasito,que afecta a perros y gatos, pero también puede aunque muy raro, hacer en humanos.

Esto da pie al artículo de hoy de cómo las malas compañías (y no es canción de Serrat) que frecuentamos nos infectan con gusanos en el cerebro y corazón que afectan nuestro comportamiento y anulan nuestras posibilidades de exito.

Decía Jim Rohn que somos en nuestra actitud, igual al promedio de las personas con las que más tiempo pasamos.

Y esto es una realidad porque sus maneras de ser y pensar, nos van infectando la mente y el corazón igual que el gusano de los perros.

Poco a poco esas ideas van penetrando y tomando posiciones en nuestra filosofía personal.

Son nuestros amigos porque compartimos con ellos cosas y no solamente tiempo.

Valores, ideas, pensamientos, van poco a poco penetrando en nuestra mente y cuando menos creemos somos iguales a todos ellos.

¿Que tiene de malo esto? preguntarían algunos.

Bueno posiblemente para ti de momento nada, pero si sales del círculo en donde estás dando vueltas como caballitos de carrusel podrás percatarte de cómo dan vueltas los demás sin llegar a ningún lado, pero solo al salirse del círculo podrás notarlo, porque si te mantienen pegado como caballito de yeso, seguirás eternamente con los dientes pelados, la falsa crin ondeando, pero con el craneo vacío.

Hasta que la vida te cobre factura.

Gente portadora de gusanos de corazón, cerebro o caballitos de carrusel abundan.

Y por cierto muchas veces son gente que en verdad uno quiere o ama, pero a ellos no les interesa salir de donde están ni cambiar su manera de pensar.

Están cómodos en la rueda del carrusel, porque no saben que existe otra manera de ser, incluso no son culpables ni responsables de ello.

Nadie les a dicho que existe algo diferente a lo que siempre han sido, y si alguien lo intento alguna ocasión, salieron peleados con ellos.

Eso es lo que sucede por ejemplo cuando alguien sale de viaje por mucho tiempo y luego regresa a su lugar de origen.

Un ejemplo clásico es cuando sales a estudiar fuera y luego regresas a tu círculo, notas algo diferente, te sientes raro, pero el que cambio fuiste tú, cambio tu percepción de las cosas. La gente que se quedo sigue siendo igual, ni mala ni lo contrario, solamente siguen montados en el carrusel.

Una cosa muy similar sucede cuando inicias el negocio y vas a las reuniones al sistema de apoyo.

Si solo vas a una, posiblemente no pase nada, porque recuerda que tu mentalidad se ve influenciada por al gente con la que más pasas tiempo.

Pero si continuas asistiendo poco a poco irá cambian tu manera de pensar, porque te habrás salido del carrusel.

¿O deseas seguir así?

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