Muy buenos días queridos amigos.

Vamos por esta tercer parte de la serie de Mentalidad.

Tenemos claros varios conceptos que vale la pena siempre tenerlos en cuenta desde el inicio.

Primero, que el cerebro es donde reside nuestra mentalidad.

Segundo, que es plástico y moldeable.

Tercero, todos podemos cambiar.

Cuarto, no somos nuestros resultados.

Quinto, gran parte del problema nos fue sembrado desde niños.

Ahora si, con todo esto siempre en mente desde el inicio vamos avanzando a la siguiente fase.

Nos queda cada ves más claro el papel fundamental de nuestros padres, maestros y nuestros iguales en los primeros años de al vida, donde a este, nuestro cerebro, lo fueron programando y alimentado con CREENCIAS que incluso llegaron a marcarnos.

Simples como aquello de “estudia para que seas alguien en la vida” o se amen, si no estudiaste te fregaste porque eres un NO-ALGUIEN.

Otra clásica “el que nace para maceta no sale del corredor”.

Jajaj esta y miles más de frases condenatorias y absolutas nos acompañaron en nuestros primeros años de vida.

Pero fueron reforzados por nuestros maestros que valoraban al mil al “inteligente” premiándolo con la escolta de la escuela, o jefe de grupo y a los burros, los sentaban detrás o los pondrían al frente mostrándoles a los demás “en que no debían convertirse”.

Pasando por encima de la realidad de que todo el moldeable y todo se puede aprender.

De allí en delante uno va repitiendo modelos aprendidos.

Hasta que, te das cuenta del asunto y decides cambiar.

¿Pero será esto posible?

La respuesta es si.

Claro qué hay diferentes factores que podrían influir en al velocidad o agudeza de la evolución, por ejemplo, claro está que alguien que tenga todos los recursos económicos, no tendría que preocuparse por ello y se concentraría de querer, en aprender.

Ni significa que quienes no los tuvieran no podrían aprender, de ninguna manera estoy afirmando eso, solo que ante una eventual dificultad podrían abandonar el esfuerzo.

Por ejemplo si el padre sostén de al familia fallece, muchos hijos dejan la escuela desafortunadamente.

(caramba esto no debería de suceder en nuestro país)

Pero sorteando ese tipo de asuntos, todos podemos aprender y por cierto desaprender malos patrones.

Aquella frase por todos recordada de nuestro siempre admirado y querido Jim, de “compensar con actividad tu falta de habilidad” es absurdamente concreta, debería de ser “esfuérzate por desarrollar esa habilidad que de seguro podrás”

O la de “finge hasta que lo logres”, cuando lo que necesitas no es fingir, sino genuinamente admitir que algo no dominas pero estás en ello y deseoso de aprenderlo.

Parecen cosas pequeñas pero son fijadoras o concretas.

Bueno el artículo se está pasando de extenso y hay que dejar otra parte para mañana jajaja.

Eviten perdérselo vamos a ir llegando poco a poco a las soluciones porque de nada sirve el diagnóstico sin la cura.

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