¡Muy buenos días queridos amigos!

En las sesiones pasadas de nuestro sistema de apoyo, en estos días de menor asistencia por todas las distracciones clásicas del momento, estamos aprovechando para repasar lo básico de Herbalife y si hay lago que es básico es el testimonio, así que repasamos la mecánica de lo que se debe decir y lo que no debe hacerse, con la premisa de siempre: "lo que no es importante decir es importante no decirlo", aclarando como es debido que la verdad debe de venir siempre por delante.

Tenemos dos tipos de testimonio, de producto y de negocios y la mecánica es trazar un puente desde donde estamos nosotros a donde están nuestros invitados y acompañarlos en el viaje pero viajando a donde ellos se encuentran, no vomitándoles lo grande que somos nosotros y lo mucho que hemos logrado.

¿Cómo se hace esto?

Sencillamente contándoles de donde venimos, nuestro antecedente y como nos sentíamos entonces. Esto hará que ellos se identifiquen con nuestro antecedente. Después de esto, platicamos de como encontramos la oportunidad y lo que pensamos en ese momento, nuestras dudas y cuestionamientos, como los resolvimos y lo que sucedió entonces, para terminar con nuestra visión de futuro.

De esta manera les mostramos que es posible salir de donde uno se encuentra, que si hay oportunidad en este mundo y que si es posible para nosotros puede ser posible para ellos.

En relación al testimonio de producto es algo similar, platicando como nos sentíamos antes de tomarlo, como lo iniciamos y que fue lo que sentimos, cuales han sido nuestros logros y finalmente como nos sentimos ahora. Parece sencillo sin embargo muchos distribuidores confunden el momento del testimonio y creen que deben de dar un mensaje personal, o filosófico, que necesitan depositar una lección para los demás y dejar claro lo mucho que saben. ¡Esto es lo peor que pueden hacer!.

La gente no va a que le den lecciones de moral o filosóficas. Muchos van incluso de mala gana, o creen que se trata de un trabajo o algo así, por esto es de suma importancia seguir repasando con nuestros distribuidores la importancia del testimonio y de darlo correctamente. Muchos al terminar la reunión de oportunidad no recuerdan los números ni los diagramas, pero les queda claro el testimonio de alguna persona con la cual se sintieron identificados.

Sin hablar de curación de enfermedades porque nuestro producto no cura nada, ni es un producto milagro, sin hablar de riqueza instantánea ni de lujos impresionantes. Nada de esto es necesario y es crítico que enseñemos a nuestros distribuidores a hacerlo como debe de ser.

Aprovechemos el tiempo para pulir nuestras mejores armas, y no hay mejor arma que nuestro testimonio.